Estaba en la preparatoria, tenía como 16 años.
Estudiaba en la gloriosísima Preparatoria #8 "Miguel E. Schulz" de la UNAM ubicada en Lomas de Plateros.
Mis compañeros de desmadre, eran otros cuatro pelados: Carlos, José Luis, José Zavala y Toño.
Nos fuimos a las pizzas a comer un día y nos sirvieron chelas para nuestro asombro, ya que éramos menores de edad...
Pues pedimos y pedimos chelas, pedimos y pedimos pizza, pedí y pedí empanadas de piña y cereza y pues para las 4 de la tarde, andábamos hyper pedísimos los cinco pero yo más que todos, por que nunca había tomado y bebí como si de verdad ya supiera...
Cuando salimos de la pizzeria, dijeron los demás: "Vamos a casa de Lorena" que era una amiga que tenía vinateria y les daba los pomos gratis por que uno de los amigos la traía loca y nomás le hacía ojitos y la otra se deshacía.
Pues como éramos unos pobres estudiambres, no teníamos carro, así que pues en taxi...
Paramos un vocho-taxi y nos subimos para casa de Lorena.
Como ya les comenté, yo venía hyper-pedo y por consiguiente, fui al primero que subieron, por que como saben, ya pedos nos da por correr y decir: "a ver putos, alcáncenme"
Pues cinco cabrones, en un mini-taxi... lógicamente, me pusieron hasta el fondo y venía todo aplastado, pero en mi peda, no podía decirles amablemente: "a ver hijos de la chingada, recórranse" y me limité a quejarme silenciosamente y tratar de respirar por la ventanilla, por que el estúpido taxista no podía bajar más su vidrio para que yo respirara y mi estado, no me permitía pedirle que lo hiciera...
Les dija a mis acompañantes: "Ya no se muevan tanto weyes, que los voy a guacarear"... y se calmaron como dos cuadras, pero de repente...
¡Que me gana la guácara y los cinco en el vocho!
Carlos de repente puso cara de: ¡Qué pedo My God! y es que resulta que yo le estaba guacareando las piernas y que agarra la mochila de Toño y se la pone en las piernas... José Zavala ya se quería aventar con el carro en marcha y José Luis gritándole al taxista que se parara...
Se frenó en madriza el taxi (el taxista ni se había dado cuenta de la guacareada) y nos bajamos 4 a guacarear en la reja de una escuela y José Luis que era el borracho experimentado (imagínense) se quedó a pagar el taxi...
Lo último que recuerdo de ésa tarde, es que con mi ropa asquerosa, me paré con cara de hambre frente a unos tacos y la mirada de los comensales fue de asco...
Al otro día llegué a mi casa con un pants morado, tenis blancos con verde fosforescente y una bonita playera blanca con un osito bordado al frente...
Cuando me vieron mis hermanas entrar con una jeta de resucitado por RCP y ropa donada por el Ejército de Salvación, no hicieron mas que cajetearse de risa de mí como por un año.
En fin...